sábado, 15 de junio de 2013

No llegarás, no...

No llegará esta noche.
No llegará pues no ha de llegar.
Pero no llegará esta noche.

Desarropado, desabrigado,
abrazado al calor de la noche,
de todo otro despojado.

Triste, alegre y ambiguo,
anhelante de un cuerpo concreto y amigo,
anhelante de instintos antiguos.

Triste por la palpable ausencia.
Alegre por la felicidad que ella consigue
libre de su presencia.

Presencia amada con pasión,
Mas aún encadenante, dependiente.
Una presencia, a la sazón.

Y ella lo añorará al atraparla el sueño
Y él la añorará al atraparle la realidad
Pero han de tener su tiempo cada uno
Seguido se reunirán.

Hoy duermo solo. Y no solo duermo solo, sino que duermo con la certeza de dos días más de soledad. No sé qué es peor, si la soledad o la miserable compañía de la certeza de más soledad... El caso es que, pensando en ello, me ha apetecido escribir algo. No me sentía inspirado, así que me ha salido forzado, pero joder, me apetecía escribir, le gustara a la musa o no.

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