Cuando digo que me paso el día pensando, no me refiero a que no sea capaz de dejar la mente en blanco. Eso es algo que requiere mucha concentración y sería normal no poder hacerlo. Me refiero a que tengo constantemente entre diez y quince pensamientos dando vueltas por mi cabeza; yendo y viniendo, naciendo y muriendo, evolucionando para acto seguido desvanecerse y dejar paso a otro pensamiento nuevo y, muy posiblemente, absurdo e intrascendental. Ese es mi pequeño secreto para tener siempre una teoría sobre cada aspecto de la vida... Por eso puede parecer que tengo todas las respuestas para cada situación. Cuando cada posibilidad ya ha sido barajada y estudiada en tu cabeza, resulta tan fácil como elegir la acción adecuada. Sin embargo, el mundo siempre acaba por sorprenderme y, pese a que manejo bastante bien las variables del camino, las cosas nunca salen exactamente como espero, así que siempre improviso cada final.
Puede parecer que tener una mente que trabaja en segundo plano analizando cada acción que sucede a tu alrededor y generando situaciones para todas ellas sea un don (y puede que lo sea), pero también es una carga y una amenaza para ti mismo (y de esto último tardé demasiado en darme cuenta). Analizar cada variable implica también el error de analizarse a uno mismo para contemplar la opción de que estemos equivocados en algo que hemos sentido. Analizar un sentimiento es inútil, puesto que el sentimiento es irracional, indemostrable. Así pues, lo único que ofrecerá la mente serán dudas. Y así es como llegamos al quid de la cuestión. La razón de tu sinrazón.
Es curioso. Tu preocupación me genera preocupación, así como la inexistencia de tu preocupación imposibilitaría la existencia de la mía. Querida, si todos tus miedos yacen en el hecho de que, en un momento cualquiera, mi aturullada mente puso en duda lo que siento, puedes dormir tranquila entre las sábanas de mi cama, pues ese será tu hogar por todo el tiempo que quieras.
Sí, mi mente lo puso en duda.
No, yo jamás lo he dudado.
Lo último que cambiaría en este mundo sería tu mente... fue lo que me acercó a ti.
ResponderEliminarNioro~hasta que explote mi corazón.
Y es que si no existieras habría que inventarte...
Que te pueda responder con lo mismo (palabra por palabra) me parece sumamente divertido.
EliminarNioro~hasta que muera mi alma
Leerte es como leerse a si mismo. Yo también tardé demasiado en darme cuenta de según que...
Eliminar¡Un saludín!
Sí, pues eso es un don. Yo soy adicta al pensamiento, pero me es imposible separarlos, callarlos, analizarlos.
ResponderEliminarSnevens, si lo has conseguido sin esfuerzo alguno, me parece algo tremendo y envidiable, porke es la clave de la meditación
Un abrazo y... creo ke me kedaré por akí :)
Cuando tienes demasiado tiempo para pensar (y lo utilizas...), lo mejor que puedes hacer es aprender a ignorarte a ti mismo.
EliminarUn saludo! Siéntete como en tu blog :D