miércoles, 1 de febrero de 2012

Verdad #48

Cada vez que evoco tu sonrisa, no puedo evitar que la mía aflore. Cada vez que imagino la suavidad de tu piel, mi boca se mueve levemente, tratando de besarla, y mis labios componen una extraña mueca de anhelo cuando entienden que no estás. Cada vez que recuerdo la caricia de tus manos, mi piel se eriza, y mi espalda se tensa de gozo. Cada vez que pienso en la imagen de tu cuerpo desnudo me estremezco de pensar que pueda ser mío.

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