lunes, 3 de mayo de 2010

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Os voy a relatar el comienzo de este lunes de agonía, para que podáis entender porqué estoy cabreado y cagado de miedo al mismo tiempo.

Estaba soñando que negociaba con el Corte Inglés la venta del Adobe Reader 4 (como el que vende una bicicleta vieja en cash converters). Me daban 300 euros por mi Adobe mientras yo pensaba: "jojojo, y ahora voy a mi casa y me lo descargo pirata". El caso es que me he despertado y claro... La decepción de que mis ahorros ya no son 300 euros sino sólo los 20 que llevo en la cartera desde hace dos meses...

Me levanto de la cama y me preparo para ir al instituto, y en esto estoy cuando, súbitamente, me percato de una forma marrón, rectangular, con unas arrugas características e inconfundibles situada donde antes hubiera estado mi portátil, ergo debió estar debajo. Me acerco, con la alegría de haber reconocido un billete de 50 euros. "¡Anda! El ratoncito Pérez ataca de nuevo!" pienso. Lo cojo y dejo volar la imaginación inconscientemente, imaginándome a mí mismo comprando la entrada para Mark Knopfler (que viene a Murcia) y que, casualmente, vale 50 euros. Al momento sacudo la cabeza y pienso: "Alex, esto es de alguien...". Me acerco a mi madre y le digo (sin mencionar nada de dinero para comprobar si sabe de verdad algo al respecto): "¿Sabes algo sobre lo que había en mi escritorio?", y me responde que sí, que es de la comunión de mi hermano pequeño, que la llamaron cuando estaba con el billete en la mano y que supuso que bajo mi portátil no miraría nadie. El bueno de Mark Knopfler sufrió heridas graves cuando su escenario se hizo trizas, estallando en mil pedazos en mi imaginación. Decepción desoladora...

Continúo la mañana como cualquier otra, algo decaído, y me dispongo a salir con la moto dirección al instituto cuando, al enroscar el puño, oigo un sonido familiar, "Tatch!", y al momento noto en mi mano derecha la fluidez característica de un puño sin cable del acelerador.

Dejo el portátil en la cocina, hoy no voy a clase la primera hora. Busco la llave allen y el destornillador que necesito para reparar el puño y lo arreglo, y al mirar la hora me doy cuenta de que todavía me quedan 45 minutos de espera... Así que para animarme, saco el helado de nata que había comprado hace tiempo y me lleno un plato de bolas de nata, y le añado unas hebras de sirope de chocolate por encima. Joder, por fin algo bueno en esta jodida mañana.

Cuando voy a mitad de camino, compruebo que me estoy quedando sin gasolina "Joder... ¿qué cojones?". Me dispongo a revisar la presión de las ruedas, pues venía notando que la moto culeaba en las curvas y acontece que algún gilipollas con cierto retraso mental ha jodido la manguera del aire, y al conectarla empiezo a perder presión en la rueda delantera porque la boquilla no engancha bien. Al final, con mucho esfuerzo, consigo regular la presión de ambas ruedas. En efecto, la de atrás estaba corta de presión.

Llego a clase y, para rematar la faena, al aparcar la moto casi me dejo las llaves puestas...

1 comentario:

  1. SI CABRON PERO TU NO TUVISTES QUE JUGAR A SER JACK SPARROW

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