viernes, 30 de abril de 2010

Siempre así, mas nunca igual.

"Se quedó sentada en el césped bañado por el frescor de la mañana en otro caluroso amanecer de junio, sin querer levantarse de nuevo, mientras acariciaba la hierba con las palmas de las manos, dejando que le hiciera cosquillas en la piel, y le miraba sonriente. Él siempre se bloqueaba cuando le miraba de esa forma tras haber peleado, y no fue distinto esta vez. Ella era consciente de eso, pero le divertía ver que aun había algo de inocencia en él y comprobar que no se atrevía a hacer lo que, por otra parte, ella tanto deseaba. Pero siempre acababa cayendo en su juego, pese a la vergüenza, las dudas y la timidez.

Observó cómo se sentaba a su lado y la miraba fijamente a los ojos, ahora decidido. Siempre la sorprendían esos cambios de actitud. Tan pronto estaba dudoso, como se volvía la persona más decidida de la faz de la tierra. Ella sabía perfectamente que él la deseaba, y jugaba con eso. Se dejó caer hacia atrás muy lentamente, sin cortar la conexión que se había formado entre las miradas de ambos, sin quebrar la magia del momento previo a la batalla, y él la observo muy atentamente en cada movimiento. Se detuvo a medio caer, apoyando los codos, y el movimiento de su pelo al resbalarle por los hombros y caer hasta rozar el césped fue el detonante que obligó al chico a mover ficha.

Se acercó a ella hasta quedar muy cerca, lo suficiente para hundir sus labios en su cuello y besar tiernamente su piel, a la vez que aspiraba levemente su aroma. Ella se erizó por completo y comenzó a ponerse nerviosa, pero no intentó tranquilizarse, ya que le gustaba perder un poco el control de sí misma y dejarse llevar por sus impulsos. De repente, notó cómo la mano de aquel supuestamente tímido chico se posaba en su vientre, al tiempo que un súbito lametón en el lóbulo de su oreja la obligaba a encoger el estómago de excitación.

Cogió su mano y la introdujo bajo su blusa cuando notó su vacilación. Sintió el cálido tacto de sus dedos en su vientre, y eso la relajó muchísimo, contrarrestando la tensión de la excitación que le provocaban sus besos, sus mordiscos y su lengua lamiendo su cuello. Deseó besarle, y giró la cabeza para morderle la mejilla, llamando su atención. Notó sus dedos arañando su vientre con cariño cuando le mordió, y luego fueron sus leves mordiscos los que comenzaron a subir por su cuello, hasta alcanzar su mandíbula. Ascendió muy lentamente por el contorno de ésta, deleitándose con el sabor de su piel, pero ella era perfectamente consciente de que sólo la hacía esperar, de que ahora él dominaba el juego y que sólo quería demostrarlo. Cuando los labios de él encontraron los suyos, quiso besarle, pero él se lo impidió separándose casi imperceptiblemente y sólo los rozó levemente. La desesperación empezaba a notarse en sus movimientos, y estaba tentada de agarrarle para tirar de él y besarle apasionadamente, pero le dio otra oportunidad y le dejó seguir jugando.

Esta vez, como si pudiera leer su mente, la besó como ella quería. Suave y dulce al principio, como si tuviera miedo de ofenderla, pero al momento abarcó todo el contorno de su boca con los labios y la besó apasionado, aprisionando incluso su labio inferior con los suyos. Ella notó su deseo, y no le hizo esperar."
No sé si es el comienzo de una historia o la escena de algún futuro libro, pero me apetecía escribir algo de este estilo.

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