martes, 17 de noviembre de 2015

"Tienes derecho a guardar silencio"

Esa sensación que se retuerce en tu interior, a la altura del estómago, pero más profundo que la carne. Te hace entrecerrar los ojos, torcer el gesto y a veces cerrar los puños con fuerza para no explotar de "a saber qué".
Y cuando por fin te abandona, lo que deja es un vacío.

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